Consumo local de alimentos y su producción: una alternativa sostenible para el desarrollo

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Al ser conscientes de la cadena de producción de los alimentos que compramos, el consumo local ha ganado peso. Estamos sumando esfuerzos para mejorar la calidad de vida de las personas productoras, ahorrando costes innecesarios, respetando el medio natural y evitando generar residuos nocivos.

Existe muchas formas de contribuir a la sostenibilidad del planeta y al desarrollo de las comunidades. Si elegimos qué consumimos y cuándo lo hacemos es una de ellas. Una de las demandas que más ha crecido por parte de los consumidores españoles es saber si los productos que están comprando han sido elaborados en España. Un 53% quiere conocer este dato antes de comprar, lo que nos hace suponer que consumir de proximidad es un factor cada vez más relevante.

Grupos de consumo: locales y de alimentos

Además de la importancia del origen de los productos, las y los consumidores participan activamente en la configuración de la cadena productiva, evitando intermediarios y apostando por una compra directa. Los grupos de consumo, por ejemplo, se articulan alrededor de uno o varios pequeños y medianos agricultores que venden de forma directa sus productos en el entorno local. Las principales ventajas de este tipo de consumo son:

  • La calidad del producto, que además es de temporada.
  • La proximidad, fomentando vínculos entre personas consumidoras y productoras.
  • Los precios justos para las personas productoras y asequibles para las consumidoras.
  • La protección de la diversidad agrícola, los cultivos autóctonos y el respeto al medio natural.

Fomentar el comercio justo también en África

Otra forma de consumo consciente es el comercio justo, que aboga por un desarrollo equitativo de las comunidades y la lucha contra la pobreza. 4 de cada 10 personas en España aseguran que para ellas es importante saber si un producto es de comercio justo o no.

Para ello, existen sellos como Fairtrade, que certifican la producción bajo parámetros del comercio justo. A través de la Inversión Socialmente Responsable, desde Anesvad apostamos por proyectos de comercio justo en nuestros países de intervención como ECOOKIM, en Costa de Marfil. Esta organización aglutina a 33 cooperativas y más de 32000 pequeños productores de cacao y anacardo, que de forma sostenible distribuyen sus productos nacional e internacionalmente.

En definitiva, se trata de volver a los modelos de producción, distribución y consumo de alimentos económicamente rentables, socialmente sensibles y respetuosos con el medio ambiente.

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Mikel Edeso
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